Mientras pienso (entre tantos) un tema para la siguiente entrada, les dejo un escrito que hice hace unos meses para mi clase de comunicación oral. El título lo dice todo.
Saludes
¿Innovación Musical?
Lo antiguo está
de moda. Lo “vieja escuela” es la tendencia ahora. Productos de otras épocas,
tales como los vinilos y los tocadiscos están resurgiendo. La gente está
dejando a un lado las descargas ilegales, se animó a optar por un mejor
servicio, por un producto más legal, por una mejor calidad.
Todo
esto lo reflejan las cifras. En el 2013, sólo en el Reino Unido se vendieron
780 mil álbumes en vinilo, cifra que sólo fue sobrepasada por los 817 mil
vendidos en 1997, hace 17 años. Esta cifra superó además en un 101 por ciento a
las ventas del 2012. Esta es una cifra considerable, sabiendo que entre los
años 2007 y 2011 el promedio de vinilos vendidos fue de 240 mil por año.
Para
nadie es un secreto que el estereotipo de un típico comprador de vinilos es un
hombre de mediana edad, que visita tiendas a punto de la quiebra, en donde el
empleado, un conocido suyo, le recomienda lo último que le llegó, que
paradójicamente son antiguos vinilos de épocas remotas, llenos de polvo y
olvido.
Cabe aclarar que
en Colombia este concepto es escasamente conocido, ya que nuestro país por más
que sea un gran exportador de talento musical, su mercado no es tan variado ni
hay tanta afición por parte del consumidor como lo es en Estados Unidos e
Inglaterra.
Para
complementar las ventas del vinilo, la resurrección del tocadiscos, impulsada por
esa nostalgia de jamás olvidar el pasado, también ha ayudado a volver a las
costumbres antiguas. Actualmente se ofrece toda una nueva gama de tocadiscos,
que no sólo prestan el servicio de reproducir los vinilos, sino que puede
reproducir los vinilos de 7, 10 y 12 pulgadas y existen unos que pueden
convertir el contenido de estos a formatos actuales como el mp3 o convertirlos
en discos compactos.
En cuanto
a calidad, la diferencia es relevante. En términos básicos, un vinilo es una grabación
analógica, mientras que un CD o lo que reproduce un computador es una grabación
digital. ¿Cuál es la diferencia? Por naturaleza, el sonido natural es análogo. Es decir, las ondas que transmite son
completas. El sonido digital, en cambio, captura tomas al sonido análogo (unas
42.100 veces por segundo). Esto no parece muy importante, ya que tomar 42.100
muestras por segundo es asemejar el sonido natural en altas dimensiones, pero
no es lo mismo. De hecho es muy fácil notarlo cuando se reproducen dos
canciones iguales, una en un reproductor de audio y la otra en un tocadiscos.
Se siente la pureza del vinilo, es un sonido muy limpio, como si la música
estuviera ahí, como si fuera palpable. Como lo declara Jack White uno de los
compositores, autores y productores más reconocidos del momento: “el vinilo es el verdadero asunto, hasta que
no se obtiene el vinilo, uno no cuenta con el álbum de verdad.”[1]
Claro está que mantener un tocadiscos tiene sus
complicaciones, ya que hay que cuidar y limpiar periódicamente los vinilos, así
como cambiar la aguja cada cierto tiempo. Pero todas estas atenciones lo valen.
Pero bueno, este ensayo no se escribió con el fin de
atacar la música digital, sino usarla como sustento para demostrar que
servicios como iTunes o el Amazon MP3 Store, o aquellos que últimamente están
ganando fuerza llamados music streaming (como lo son Deezer o Spotify) le están
haciendo el “quite” a la piratería, ya que no sólo le generan ingresos a las
compañías discográficas, que hasta hace poco alcanzaron a mendigar, sino que le
proporcionan al oyente una satisfacción en cuanto al sonido y en cuanto a la
moral, al apoyar la industria.
No obstante, se puede apreciar el considerable
acogimiento que han tenido estas nuevas tendencias. En febrero del año pasado,
a pesar de la caída que tuvo en las ventas (la primera en su historia), iTunes
había vendido su canción número 25 billones. Esto haciendo cálculos, significa
que cada uno de los 7 billones de habitantes que tiene la tierra ha descargado
2 canciones, desembolsando unos 2 dólares. Y eso que iTunes representa el 64
por ciento del mercado. Cifras inverosímiles diría yo.
Nadie puede negar que jamás descargó una canción ilegal
por Kazaa, Limewire o Ares. Sí, el autor los conoce todos porque todos los
utilizó y en ese orden, a medida que las autoridades los iban clausurando.
Hasta que ya llega un punto en donde, cansado por la mala calidad y con el
temor de contraer algún virus (o a la policía en su casa), optó por hacer el
intento de comprar canciones legales por iTunes, que hoy en día ya contabilizan
unos 600 dólares en gastos y sin arrepentimiento alguno.
Ahora, son géneros tales como el reggaetón que causan que
aumente la piratería, al no ser un género tan conocido y al ser sus canciones
tan difíciles de conseguir y la actitud de sus oyentes de descargarlas sin
importar la calidad o las repercusiones.
“Despiértenme cuando pase el reggaetón!” dijo alguna vez Gustavo Cerati
durante un concierto. Por ahora, parece que el reggaetón le está ganando la
batalla al legendario vocalista de Soda Stereo.
En nuestro país, inclusive, hace poco se interpuso una
acción popular por un abogado, quien expresaba su incomodidad ante este género
ya que sus letras incitan, entre otros, al consumo de drogas. Letras que además son cantadas por personas
que algunas tienen un escaso (sino nulo) conocimiento del mundo musical y de
las técnicas vocales básicas. Vienen además acompañadas de un simple ritmo, sin
el mayor grado de complejidad. La ex cantante del grupo Aterciopelados, Andrea
Echeverri le lanza una fuerte crítica a este género en su canción “Métetelo” en
donde le exige respeto a las mujeres y le dice “no” a la promiscuidad, término
que es señalado constantemente de una manera implícita por el reggaetón.
En términos generales, se puede concluir que se están volviendo
a las antiguas épocas, en donde la música no era sólo un ruido de fondo, sino
que de verdad se escuchaba, de verdad se sentía. Los aspectos señalados
anteriormente demuestran que se está saliendo del declive de hace unos años, en
donde reinaban oleadas de descargas ilegales.
Por ahora esperemos que el reggaetón se vaya. Y que Gustavo despierte.
Bibliografía:
-
Lachno,
James. (2014) Vinyl sales highest for 15 years. The Telegraph. Recuperado el 9
de abril de 2014, en http://www.telegraph.co.uk/culture/music/music-news/10556186/Vinyl-sales-highest-for-15-years.html
-
Is the sound on vinyl records better than
on CD’s or DVD’s?. (s.f).
Recuperado el 7 de abril de 2014, de http://electronics.howstuffworks.com/question487.htm
-
Jones,
Chuck (2013) iTunes Hits 25 Billion Songs Sold. Forbes. Recuperado el 10 de
abril de 2014, en http://www.forbes.com/sites/chuckjones/2013/02/06/itunes-hits-25-billion-songs-sold/
-
Acción popular busca prohibir el
reggaetón en Colombia. (2011) Revista Semana. Recuperado el 24 de
abril de 2014, en http://www.semana.com/vida-moderna/articulo/accion-popular-busca-prohibir-reggaeton-colombia/238375-3
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